Ingerir pastillas u hormonas para aliviar las molestias de la menopausia sin haber sido recetadas por el medico puede generar graves complicaciones en su salud.
Un reciente estudio advirtió que cada vez más mujeres en la etapa de menopausia, ingieren medicinas complementarias o Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH)para contrarrestar los síntomas de esta etapa de la vida femenina, pero sin contar con una correcta orientación o prescripción médica.
La TRH es recomendada para mujeres que se encuentran en las etapas de premenopausia y menopausia, con el objetivo de aliviar los constantes bochornos, la sequedad vaginal y osteoporosis que afectan su calidad de vida.
Las hormonas más importantes para las mujeres son los estrógenos y la progesterona, cuando disminuyen a cierta edad dan inicio al climaterio y cuando desaparece la menstruación entonces se inicia la menopausia con una reducción notable de hormonas. En etapa, algunas mujeres, además de bochornos y osteoporosis, presentan problemas cardiovasculares, falta de memoria y deseo sexual.
Existen cinco grupos de mujeres que deben recibir la TRH, aquellas con menopausia precoz, bochornos severos, sequedad vaginal intensa, osteoporosis y aquellas que tienen depresión o disminución del deseo sexual, con el objetivo de disminuir estas complicaciones y mejorar su calidad de vida.
Potenciales riesgos de la terapia de reemplazo hormonal
En la última década, algunos estudios alertaban sobre los potenciales riesgos de la tradicional terapia de reemplazo hormonal. Aunque su utilidad y beneficios hoy están definidos, se estima que el 53% de las mujeres menopáusicas utiliza al menos un tipo de terapia complementaria.
Sin embargo,aún existe controversia respecto al uso de una TRH, ya que también puede tener inconvenientes como desarrollar cáncer de endometrio y cáncer de seno, sobre todo después de haberse usado por un largo periodo (más de 10 años). Recientemente también se ha relacionado la terapia de reemplazo hormonal con el cáncer de ovario.Esta terapia también está vinculada a un aumento del riesgo de sufrir derrame cerebral, coágulos sanguíneos y ataques al corazón.
Está comprobado científicamente que tras la aplicación de la TRH, existe mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y de endometrio, siempre y cuando no tengan controles preventivos o no haya una adecuada prescripción médica.
Diversos especialistas aconsejan que los médicos pregunten y orienten a sus pacientes en la consulta, ya que no todas las terapias complementarias están avaladas por la ciencia, así como para evitar posibles interacciones con otros medicamentos, que pueden disminuir la eficacia de la terapia o incluso provocar problemas ya mencionados.
Si la terapia hormonal se utiliza por un período no mayor de 5 años, los beneficios superan a los riesgos pero si se usa durante más tiempo, sobre todo por más de 10 años, la mujer debe consultar los riesgos individuales con su médico y revisar su utilización anualmente.
Finalmente en estos casos se recomienda un chequeo integral del climaterio, donde se evalúan los órganos femeninos y nos permite saber si hay lesiones benignas o malignas que podrían ser motivo del sangrado postmenopáusico. Por ello, se aconseja a todas las mujeres a partir de los 40 años hacerse este tipo de evaluaciones de forma rutinaria para prevenir enfermedades ginecológicas y complicaciones de la menopausia.