Dr. Julio Dueñas, MD, PhD
Del virus Zika se está diciendo
que lo transmiten los mosquitos y que puede causar alteraciones cerebrales en
los bebés, como la microcefalia, es decir nacimiento con un cerebro y un cráneo
más pequeños de lo normal.
Actualmente se preconiza a las
mujeres embarazadas no viajar a 22 países de América Latina y África. La
Organización Mundial de la Salud dice que al menos 20 países, entre ellos
Barbados y Bolivia, Guadalupe y Guatemala, Puerto Rico y Panamá, han registrado
la transmisión del virus. Sin embargo, en Europa ya varios casos de Zika ya se
han reportado en Italia, el Reino Unido y España, así como Dinamarca o Suecia. La
rápida diseminación del virus ha motivado a que los países latinoamericanos
insistan a que las mujeres no queden embarazadas por dos años, una precaución
extraordinaria dirigida a evitar los defectos de nacimiento que se creen que
están vinculados a la enfermedad transmitida por mosquitos.
Una plaga para ¿disminuir la población en
algunos países?
Además de la propaganda para
que las mujeres embarazadas no viajen se han destinado más de 200.000
soldados en Brasil, donde se desarrollaran los Juegos Olímpicos, para
distribuir información acerca de esta nueva “plaga”.
Es un auténtico estado de
histeria inducido. La virulenta propagación del virus Zika ha motivado a que
países latinoamericanos recomienden a las mujeres a no embarazarse por dos años
para evitar los defectos de nacimiento vinculados a esta enfermedad.
Para definir que un virus causa una enfermedad,
se necesita: probar que el virus existe. El virus debe ser aislado del tejido
enfermo de un portador humano y luego este tejido debe ser identificado
mediante un microscopio electrónico, en el que se deberán ver virus del Zika.
En segundo lugar, las pruebas deben llevarse a cabo en diferentes seres humanos
sospechosos de llevar el virus, con grandes cantidades de Zika en el cuerpo.
Hasta hoy no se ha cumplido con los estándares
como el análisis de tejido enfermo, con fotos de microscopio electrónico que
revele grandes cantidades de Zika. En relación a las pruebas de diagnóstico de
humanos infectados, se utilizan dos grandes tipos de pruebas: la prueba de
anticuerpos y el PCR (Polymerase Chain Reaction). Los anticuerpos son elementos de defensa del sistema
inmunológico que identifican a los agentes invasores que penetran en el cuerpo.
Los anticuerpos identifican a los agentes ofensivos que atacan al organismo
para que el sistema inmunológico pueda destruirlos. Si la prueba muestra que los
anticuerpos contra un virus específico (como el Zika) están presentes,
significa que el cuerpo ha contactado con ese virus. Debemos recordar que los
falsos positivos son frecuentes. Pero sin embargo, el demostrar que el cuerpo
tuvo contacto con un virus específico, no dice absolutamente nada si el
paciente está enfermo o va a enfermar. Otra prueba para identificar agresores
es la PCR (Polymerase Chain Reaction) que es una prueba muy elaborada y difícil
de realizar. Es propensa a errores. Se necesita una cantidad minúscula de
material que se supone que es un fragmento de un virus, y se multiplica para
que se pueda observar ese fragmento.
Atribuir los problemas de daño fetal al Zika a
nivel mundial es especulativo. Cuando aparecen epidemias, las centrales de
salud pueden inflar los casos hasta números sobredimensionados. Y es cítrico
afirmar que el virus produzca en las mujeres embarazadas que den a luz a bebés
con cabezas muy pequeñas y cerebros deteriorados.
¿Quién se beneficia de ese
despliegue mundial sobre el Zika?
Uno de los objetivos que se pueden alcanzar al
fabricar una epidemia falsa es, aparte del negocio inmediato, crear un
escenario de miedo inducido que lleve a la población a obedecer ciegamente los
dictados médicos y gubernamentales.
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