lunes, 28 de septiembre de 2015

MUJERES CON MENOPAUSIA TOMAN MEDICINAS COMPLEMENTARIAS SIN RECETA MÉDICA

Ingerir pastillas u hormonas para aliviar las molestias de la menopausia sin haber sido recetadas por el medico puede generar graves complicaciones en su salud.


Un reciente estudio advirtió que cada vez más mujeres en la etapa de menopausia, ingieren medicinas complementarias o Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH)para contrarrestar los síntomas de esta etapa de la vida femenina, pero sin contar con una correcta orientación o prescripción médica.

La TRH es recomendada para mujeres que se encuentran en las etapas de premenopausia y menopausia, con el objetivo de aliviar los constantes bochornos, la sequedad vaginal y osteoporosis que afectan su calidad de vida. 

Las hormonas más importantes para las mujeres son los estrógenos y la progesterona, cuando disminuyen a cierta edad dan inicio al climaterio y cuando desaparece la menstruación entonces se inicia la menopausia con una reducción notable de hormonas. En etapa, algunas mujeres, además de bochornos y osteoporosis, presentan problemas cardiovasculares, falta de memoria y deseo sexual.

Existen cinco grupos de mujeres que deben recibir la TRH, aquellas con menopausia precoz, bochornos severos, sequedad vaginal intensa, osteoporosis y aquellas que tienen depresión o disminución del deseo sexual, con el objetivo de disminuir estas complicaciones y mejorar su calidad de vida. 

Potenciales riesgos de la terapia de reemplazo hormonal


En la última década, algunos estudios alertaban sobre los potenciales riesgos de la tradicional terapia de reemplazo hormonal. Aunque su utilidad y beneficios hoy están definidos, se estima que el 53% de las mujeres menopáusicas utiliza al menos un tipo de terapia complementaria.

Sin embargo,aún existe controversia respecto al uso de una TRH, ya que también puede tener inconvenientes como desarrollar cáncer de endometrio y cáncer de seno, sobre todo después de haberse usado por un largo periodo (más de 10 años). Recientemente también se ha relacionado la terapia de reemplazo hormonal con el cáncer de ovario.Esta terapia también está vinculada a un aumento del riesgo de sufrir derrame cerebral, coágulos sanguíneos y ataques al corazón.

Está comprobado científicamente que tras la aplicación de la TRH, existe mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y de endometrio, siempre y cuando no tengan controles preventivos o no haya una adecuada prescripción médica.

Diversos especialistas aconsejan que los médicos pregunten y orienten a sus pacientes en la consulta, ya que no todas las terapias complementarias están avaladas por la ciencia, así como para evitar posibles interacciones con otros medicamentos, que pueden disminuir la eficacia de la terapia o incluso provocar problemas ya mencionados.

Si la terapia hormonal se utiliza por un período no mayor de 5 años, los beneficios superan a los riesgos pero si se usa durante más tiempo, sobre todo por más de 10 años, la mujer debe consultar los riesgos individuales con su médico y revisar su utilización anualmente.

Finalmente en estos casos se recomienda un chequeo integral del climaterio, donde se evalúan los órganos femeninos y nos permite saber si hay lesiones benignas o malignas que podrían ser motivo del sangrado postmenopáusico. Por ello, se aconseja a todas las mujeres a partir de los 40 años hacerse este tipo de evaluaciones de forma rutinaria para prevenir enfermedades ginecológicas y complicaciones de la menopausia.

lunes, 21 de septiembre de 2015

TRATAMIENTO CONTRA EL CÁNCER DE MAMA TRIPLICA RIESGO DE PROBLEMASCARDIOVASCULARES

El daño tóxico al corazón producto de las terapias contra el cáncer es la causa más frecuente de mortalidad en cáncer de mama o linfoma de Hodgkin. 


El tratamiento oncológico, ya sea con radioterapia o quimioterapia, triplica el riesgo de complicaciones cardiovasculares a mediano y a largo plazo, afectando negativamente la supervivencia de las pacientes. Esto obliga a suspender o modificar el tratamiento previsto en un 20% de las pacientes, lo cual aumenta el riesgo de la mortalidad por cáncer.

Según un reciente estudio español, las antraciclinas, fármacos clave en el tratamiento de muchos tumores como el de mama, provocandaños severos en el corazón en todas las pacientes.

Este medicamento, esencial a la hora de tratar el cáncer, suele producir un daño directo sobre las células del miocardio, causando disfunción ventricular. Según expertos, el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca es diez veces mayor después de recibir antraciclinas que tras un infarto no complicado.

Encargados del estudio señalaron que los efectos del tratamiento oncológico son muy variados y dependen del tipo de fármaco o del tipo de radioterapia. La radioterapia torácica es la más dañina, sobre todo cuando se aplica la radiación enla mama izquierda y en la zona comprendida entre la columna vertebral y el esternón.

Gran parte de los medicamentos para tratar el cáncer de mama, tienen la posibilidad de producir efectos cardiovasculares comohipertensión arterial, arritmias, insuficiencia cardiaca, entre otros. Sobre la radioterapia que se aplica en el tórax, ésta debe darse en dosis reducidas, pues el corazón es un órgano muy sensible. Dañarlo agrava aún más los efectos negativos que de por sí ya produce el cáncer de mama.

Cabe precisar, que la radioterapia produce daños a nivel del miocardio, del pericardio, de las coronarias y del tejido de las válvulas, lo que produceenfermedad coronaria precoz,insuficiencias valvulares, pérdida de fuerza del corazón y patología pericárdica.

Diagnóstico precoz de problemas cardiovasculares


Actualmente, hay técnicas de diagnóstico por imagen y de biomarcadores capaces de detectar tempranamente los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer.Estas técnicas pueden evitar o disminuir el riesgo de los efectos dañinos del tratamiento oncológico.

Esto posibilita que los enfermos reciban también terapias para evitar las complicaciones cardiovasculares y el abandono del tratamiento contra el tumor. De detectarse a tiempo se logra que no se modifique ni se interrumpa la medicación oncológica.

La idea no es que las pacientes se asusten o rechacen estos tratamientos, sino que se informen sobre los riesgos mencionados y que sepan la importancia de llevar un estilo de vida cardiosaludable al mismo nivel, o mejor, que antes de iniciar la terapia oncológica.

martes, 15 de septiembre de 2015

MAMOGRAFÍA NO PREVIENE EL CÁNCER EN MUJERES DE 40 AÑOS

A pesar de la promoción extendida de la mamografía, como método ideal para detectar tumores malignos mamarios, el cáncer de seno sigue siendo la segunda causa de muerte entre las mujeres a nivel mundial


El cáncer de mama es un problema de salud pública, ya que en Perú se diagnostican 24 mil nuevos casos cada año y mueren unas 5 mil 400 mujeres. Por ello es importante su detección en etapas iniciales o tempranas. En ese contexto, las mamografías,que son recomendadas para mujeres de 40 años para prevenir esta enfermedad, están fracasando en su intento por extender la vida de millones de mujeres.

La detección temprana o diagnostico precoz del cáncer de seno es fundamental, ya que los tumores que miden menos de un centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación.

Aunque la mamografía permite diagnosticar tempranamente una enfermedad y ofrecer mejores oportunidades de tratamiento, también puede señalar indicios tumorales que en realidad no existen, lo que habitualmente se conoce como “falsos positivos”.

Cabe resaltar que dichos resultados, además de provocar una alarma infundada, suelen generar estudios adicionales innecesarios como ecografías, biopsias y cirugías, a fin de confirmar o descartar un tumor. Los falsos positivos y falsos negativos, que en algunos casos no detectan ciertos tumores, ocurren incluso con mamografías realizadas con la mejor calidad.

¿Qué pruebas diagnostican tempranamente el cáncer de mama?


Una masa en los senos puede tardar hasta diez años para que crezca hasta alcanzar un tamaño suficiente para ser detectable por una mamografía o examen físico. Para entonces, el tumor ha logrado más de 25 duplicaciones de la colonia de células malignas y puede haberse expandido en todo el tejido mamario.

El diagnóstico temprano del cáncer de mama es una importante estrategia de detección precoz, particularmente en los países de ingresos bajos y medios, donde la enfermedad se diagnostica en fases avanzadas y los recursos son muy limitados. 

Para ello, es posible recurrir a dos métodos que puede asegurar en cierto nivel, la prevención de este asesino mundial de mujeres:

- Mamografías de cribado: La mamografía es el único método de cribado que es eficaz. El cribado consiste en uso periódico de determinadas exploraciones o pruebas en personas que no tienen síntomas de cáncer, pero que tienen alto riesgo de desarrollarlo. Si su cobertura supera el 70%, esta prueba puede reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 20%-30% en las mujeres de más de 50 años en los países de ingresos altos. Aunque esta técnica es muy compleja y demanda muchos recursos, y no se ha hecho ninguna investigación sobre su eficacia en los entornos con recursos escasos.

- Autoexploración mamaria: No hay datos acerca del efecto del cribado mediante autoexploración mamaria. Sin embargo, se recomienda la autoexploración para fomentar la toma de conciencia entre las mujeres en situación de riesgo y responsabilizarse por su salud.

lunes, 7 de septiembre de 2015

PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS NO AFECTAN LA FERTILIDAD FEMENINA

Inclusive protegen contra cáncer de ovario, de úteroy alivian la endometriosis


Las píldoras anticonceptivas han logrado importantes avances desde su lanzamiento en la década de los 60, haciéndolas menos agresivas para la mujer. 

Como método para prevenir un embarazo, estas píldoras son las más utilizadas a nivel mundial por las mujeres en edad reproductiva. El uso de estos medicamentos suele disparar numerosas dudas en hombres y mujeres, una de ellas es saber si disminuyen la fertilidad a futuro, impidiendo la posibilidad de procrear.

El uso de estas píldoras no afecta la fertilidad, sin embargo es necesario observar a qué edad las toman y por cuánto tiempo. Por ejemplo, si una mujer de 20 años las toma por 3 años y luego decide embarazarse, no habrá ningún riesgo de procrear pues su reserva ovárica esta intacta; pero si una mujer de 35 años tras haber tomado píldoras por 5 años, busca un embarazo a los 40 sus posibilidades de concebir reducen a un 20%.

¿Qué ocurre después de dejar de tomarlas?


Cabe resaltar que, aunque algunas mujeres tras dejar de tomar la pastilla experimentan cambios en su ciclo menstrual, estos no se originan por el efecto de la pastilla, sino que son problemas que no están directamente relacionados, por ejemplo poco peso o sufrir estrés severo.

Las estadísticas señalan que en mujeres que tomaban anticonceptivos orales de forma periódica, tras 12 meses de suspensión, las tasas de embarazo son del 72 al 94%, siendo similares a las de aquellas mujeres que han dejado de utilizar un Dispositivo Intrauterino, es decir entre un 71 y 92%, tras el uso de preservativos, el porcentaje es del 91% y tras métodos naturales de planificación familiar, un 92%. Por lo tanto, las diferencias a la hora de concebir no son muy significativas entre los diferentes métodos anticonceptivos.

Tomarlas no afecta la reserva ovárica


El uso de píldoras no afecta la reserva de ovarios, por lo tanto no produce esterilidad femenina. La edad, los problemas de las trompas o la calidad del semen sí afectan la fertilidad.

Algunos estudios señalan que las píldoras anticonceptivas pueden incluso aportar beneficios a la mujer: protegen contra enfermedades como el cáncer de ovario y de útero. Además, el uso prolongado puede mejorar los síntomas de la endometriosis.

martes, 1 de septiembre de 2015

FERTILIDAD MASCULINA SE REDUCE A PARTIR DE LOS 35 AÑOS

La calidad del semen del hombre empeora un 20% cada año a partir de los 35 años de edad.


Investigaciones recientes confirman que también para los hombres, al igual que las mujeres, el paso de los años está relacionado a los problemas de fertilidad. 

Si bien es cierto que la fertilidad masculina es más duradera que en el caso de las mujeres, eso no quiere decir que con los años no la altere. En efecto, diversos estudios demuestran que el rango de edad más adecuado (o fértil) para que los hombres tengan hijos es prácticamente el mismo que para las mujeres.

Estos resultados son producto de investigaciones realizadas en España, el cual puntualizó que a partir de los 35 años de edad, la fertilidad masculina disminuye entre un 21 y un 23% cada año, como consecuencia de la caída de la calidad del semen. 

Se sabe que en el 2003, científicos de la Universidad de California, en Estados Unidos, demostraron que la calidad del semen disminuye con el paso del tiempo. Este trabajo concluyó que la capacidad de los espermatozoides para recorrer por sí mismos, el camino hasta las trompas de Falopio donde deben fecundar al óvulo,desciende un 0,7% cada año y, además, lo hace desde muy temprano. 

Según estos resultados, a los 22 años existe un 25% de probabilidades de que la movilidad de los espermatozoides sea inferior a la normal. Esa probabilidad aumenta hasta el 40% a los 30 años; a un 60% a los 40 años y hasta a un 85% cuando el hombre alcanza los 60 años de edad.

Sin embargo, el problema no es solo la fertilidad, al bajar la calidad del semen del hombre también se incrementan los riesgos de anormalidades genéticas en el bebé. Los genes de hombres mayores de 45 años tienen cuatro o cinco veces más riesgos de sufrir mutaciones esporádicas.

El estilo de vida afecta mucho la calidad espermática, por lo tanto se recomienda mantener un peso adecuado, hacer actividad física, tener buena alimentación, evitar ingerir sustancias tóxicas y situaciones que aumenten el calor en la zona pélvica. También se ha demostrado que el uso de celulares y computadoras portátiles cerca a la cintura afectan al esperma.

Entonces, la edad no es el único factor que determina la infertilidad masculina. Se trata, más bien, de una variable que agrava otros problemas, sean heredados a través de la genética o relacionados una mala alimentación, consumo de tabaco y alcohol, obesidad o estrés, entre otros.