En el campo de la reproducción asistida, el proceso de una
Fertilización in Vitro (FIV) es unir un espermatozoide con un óvulo, dando paso
a la formación del embrión, después de 5 días de fecundado se eligen los mejores embriones, que serán
trasferidos al útero de la madre.
Para el Dr. Roly Hilario Esteban, especialista en
Reproducción Humana de la Clínica de Fertilidad PROCREAR, existen pasos previos
antes de la fecundación y transferencia de embriones; él argumenta: “Parte desde
la aspiración de óvulos en la paciente, en promedio se debe aspirar 5 óvulos, que
serán fecundados con el espermatozoide de la pareja; para tener como mínimo dos
embriones adecuados para ser transferidos, esto debido a que durante el proceso
de desarrollo de los embriones muchos se detienen en su crecimiento, debido a
problemas cromosómicos y genéticos”.
Una vez obtenido los embriones más aptos, se pasa a
transferir al útero de la paciente, el cual uno de ellos como mínimo llegará a
implantarse en el endometrio (en perfectas condiciones), para su desarrollo,
“los casos son variados, se puede implantar ambos embriones y llegar a término
(gemelos), también puede darse que uno de los embriones implantados no logra su
desarrollo, o uno de ellos no llegue a implantarse, en el peor de los casos que
no implante ninguno de los dos embriones”.
Pero esto no acaba aquí, se debe hacer un seguimiento evolutivo
del embrión mediante ecografías, para determinar si existen infecciones u otro
tipo de anomalías ginecológicas o genéticas que provoque abortos o partos
prematuros.
Así como sucede con un embarazo natural donde el
espermatozoide más apto logra fecundar al óvulo, se puede decir que lo mismo
ocurre con la formación del embrión, que el más capacitado logrará sobrevivir
para formar un nuevo ser, que llegará a nacer en óptimas condiciones.
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